LOGO bueno LOGO malo
¿Cómo podemos definir cuando una marca es buena o es mala?. Está claro que un logo, una marca, ha de comunicar. Pero, entonces me dirás, que cualquier icono o cualquier texto ya comunica, y con solo que aparezca el nombre de aquello que representa, ya es suficiente. No lo es! Una marca sirve para que nos reconozcan, por lo tanto nos ha de representar y diferenciar. Quizás sea esa la línea que separa un logo bueno de uno malo.
Antiguamente se marcaban los sacos de alimentos con sellos que identificaban tanto lo que contenía como quién los producía. Eran textos escritos que poco a poco fueron tomando forma y personalidad con el objetivo de diferenciarse del resto.
En nuestros tiempos ocurre lo mismo, si ponemos nuestra marca con cualquier tipografía o buscamos un icono o dibujo que nos guste, sin más, probablemente será menos reconocible que otro, donde la tipografía o el icono identifica y diferencia a la empresa, actividad o persona que hay detrás.
Una marca se compone de texto solo (logotipo), imagen sola (imagotipo o isotipo) o las dos juntas. En mi opinión, cada una de las piezas tiene que ser pensada y diseñada bajo estas dos premisas: reconocimiento (la función) y diferencia (la estética).
Reconocimiento
Entiendo el reconocimiento cuando, ya sea, por la composición, las formas de las letras, el color, el estilo, etc, identifican de alguna manera aquello que representa.
El diseño nos permite representar el sector, la actividad o una determinada actitud o personalidad e incluso una habilidad. Si esa marca es capaz de transmitir un concepto que ayude a reconocer quién hay detrás, será más fácil que el público la retenga en su memoria y por consiguiente será más reconocida.
En el reconocimiento también juega un papel importante el nombre que elijamos para que nos represente.
Diferencia
La diferencia es aquello que nos ayudará a ser recordados, a destacar, a sobresalir, con el objetivo de que nos vean antes y mejor. Lógicamente aquello que nos diferencia en nuestro mercado está en el producto o en el servicio que ofrecemos. Pero el diseño de la marca también nos ha de ayudar a conseguir esa percepción en nuestro público, diferenciándote de las marcas de la competencia. Es importante mirar la competencia que tenemos, analizar como se comunica puede ayudarnos a encontrar aquellos elementos gráficos que nos diferencien de ellos.
En todos los sectores hay un código gráfico establecido de colores, formas y tipografías. Este código que puede ser internacional o local nos ayuda a reconocer de qué estamos hablando. Encontrar la diferencia en según que sectores muy marcados por el código gráfico, a veces, no es tarea fácil. Pero ese es justamente el reto del diseñador. En algunas ocasiones, también es bueno romper con el código gráfico, para conseguir esa diferencia.
Con este código me refiero a aquellos elementos gráficos que se identifican con un sector, un mercado, o una actividad.
¿Te imaginas la marca de un abogado escrita en Comic Sans?. Seguro que es un abogado estupendo, pero su marca no transmite la confianza que se supone que ha de transmitir un abogado.
¿Comprarías en una tienda de verdura y fruta ecológica con un rótulo negro y azul eléctrico y escrito con las letras del Estudio 54?
Personalmente no sé si le encargaría mi casa a un constructor que se vende con las letras de Walt Disney, a no ser que quisiera hacerme un Chiqui Park en el salón o construirme un palacio.
Mi conclusión es que sí hay marcas buenas y marcas malas. Aquellas cuyo diseño suma información sobre lo que representan y las que no. Afortunadamente hay otros elementos de comunicación que pueden ayudar al reconocimiento, diferencia y expansión de una marca, pero un buen diseño puede acelerar el proceso.
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